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domingo, 17 de enero de 2010

MARIA LA MADRE DE JESUS

María madre de Jesús
26-12-2008. Pepita Madrid Dieste.
Muchas veces, cuando compartimos nuestra fe, con personas que son creyentes, pero que no son Evangélicos. Ya que en España la religión oficial, es el Catolicismo, pues hablando con católicos; nos “acusan” de que nosotros no creemos en la Virgen María.
Pero nosotros, en un arranque de querer defender a María y de querer defendernos a nosotros mismos y a nuestra fe, decimos: ¡cómo no vamos a creer en María! ¡Ella, fue la mujer que Dios eligió para que naciese Su Hijo! Lo que pasa es que nosotros no la adoramos.
Y más o menos, la conversación se queda ahí.
Pero, estudiando un poco la personalidad de María es mucho más que eso.
María era Israelita; de la casa de David. Por lo tanto era descendiente de reyes. De lo que llamamos, sangre azul.
Como buena Israelita, conocería bien las Escrituras.
Ella habría leído muchas veces el libro de Isaías. En el capítulo 7: 14. Don se profetiza que: El Mesías nacería de una Virgen, y que Su nombre sería: EMANUEL = Dios con nosotros.
Lucas 1: 26- 28. Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37porque nada hay imposible para Dios. 38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Hemos leído tantas veces ésta historia, que yo creo, que ha perdido un poco de su significado real.
Vamos a reconstruir un poco de la historia.
Una adolescente de quince años; está plácidamente durmiendo en su cama.
De repente la habitación se ilumina. (No es que alguien haya encendido una luz, porque en esa época no había focos potentes). El alumbrado, en ese tiempo era con lámparas de aceite.
V. 29 Dice que se turbó, pero seguramente, que dio un salto en la cama y el corazón se le puso 300 por hora. De forma que el ángel tiene que decirle: María, no temas. Es decir no tengas miedo.
Que el ángel la llamara por su nombre, seguro que también la confortó y le inspiró confianza.
V. 31- 33. El ángel le dice que se va a quedar embarazada; ella, lo primero que piensa es: que es virgen, que no ha tenido nunca relaciones sexuales, que aunque tiene novio, no se ha acostado con él.
Cuando el ángel le dice que será por Obra del Espíritu Santo, y le cuenta las características del Niño, yo creo que en ese momento ella se acuerda de la profecía de Isaías. Y se preguntaría ¿Esa virgen de la profecía, seré yo?
Ante la perplejidad de María, el ángel tiene que darle una prueba de que eso va a suceder tal como Él se lo ha dicho.
Le dice: NADA hay imposible para Dios. Mira, y para que te convenzas de que esto es así: Tu prima Elisabet, a pesar de su edad, y de su esterilidad, está embarazada de seis meses.
Yo creo que, María, sostiene la respiración, medita, sopesa la situación y dice: ¡Está bien, yo quiero servir al Señor!
¡Hágase en mí, según Su Palabra!
El ángel se va, y ella se queda diciendo: ¡No me lo puedo creer.!
¡Qué fuerte! Dios, me ha elegido a mí, para ser la madre del Hijo de Dios. ¡Qué bonito, qué bendición! etc.
A la mañana siguiente, se despierta diciendo: ¡qué sueño más real he tenido! Sacude la cabeza y recuerda perfectamente que no ha sido un sueño, que ha sido real.
¡Ahora llega el momento de la verdad!
María, como buena conocedora de la Ley de Moisés; sabía a lo que se estaba enfrentando.
Su novio la despreciaría;( contando con que fuese una buena persona, y no la denunciase). El desprecio de su familia. El abandono. La vergüenza. El rechazo. Alguien la denunciaría, a los Sacerdotes y la sentencia era pena de muerte por apedreamiento.
Es imposible saber lo que María hizo a continuación; pero es posible que buscara a José y le contara lo ocurrido. Corriendo el riesgo de que él no la creyese.
18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mateo. 1: 18-21.
Pero Dios, que es un Gran estratega. Y Él siempre todo lo hace bien. Envía un ángel, para decirle todo lo que había pasado, y de ésta forma reivindicar así a María.
Para María ésta situación no era fácil, así que toma una decisión, para evitar las críticas, el rechazo, la vergüenza, la incomprensión, etc. Se va a la montaña, a la casa de su prima Elisabet.
La montaña es sinónimo de búsqueda de Dios. En la Biblia, cada vez que habla de “montaña” se refiere a elevarse con relación al estado actual, elevar la vista y mirar a Aquel que está por encima de todo y de todos.
María necesitaba tener un retiro espiritual, para estar tranquila y meditar sobre todo lo que le estaba pasando. Y prepararse para su futuro; que no iba a ser fácil.
En éste “retiro”, María es consciente de lo que Dios ha hecho y está haciendo con ella.
Por eso puede decir: Engrandece mi alma al Señor, Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Lucas.1: 46- 55.
Cualidades de María:
Creyente: Porque era del pueblo de Israel, el pueblo de Dios, y además creyó lo que Dios le dijo, sin cuestionar el mensaje.
Valiente: A pesar de su juventud, no le importó afrontar todos los peligros que se le avecinaban, porque sabía que Fiel era el que prometía.
Sensata: Supo reaccionar, yéndose a la montaña a casa de Elisabeth, para evitar un ambiente contrario.
Luchadora: Se enfrentó a su familia, a la sociedad, a los jefes religiosos, a José, que aunque Dios también trató con él, ella tuvo que enfrentarse a él.
Cuando le llegó el momento del parto, como ya sabemos, no había lugar en el mesón, ni en ninguna casa de la ciudad.
Pero María, siguió demostrando que era muy valiente y no se dejó intimidar, por tener que dar a luz en un pesebre, a pesar de su juventud.
No sabemos si habría una vaca y una mula, que estamos acostumbrados a ver y que parece tan romántico, lo que sí es seguro es que había animales, así que la higiene dejaba mucho que desear.
La suciedad y el olor debía ser un escenario deprimente, el último lugar donde una mujer querría tener a su hijo, es en un establo.
María debió hacerse muchas preguntas. ¿Por qué, Dios permite esto? ¿Por qué, no me han cedido un lugar en un buen hotel? ¡Se trata del Hijo de Dios!
Después, ya se recupera, se empadronan, y vuelven los tres a casa.
Ya ha superado la depresión pos-parto, y todo eso. Cuando ya parece que todo va bien; José, María y Jesús, se han instalado.
Llega el momento de la presentación en el templo, y llevar la ofrenda según sus posibilidades.
Allí estaba Simeón, un viejo profeta, que cogió al niño en brazos y dijo cosas grandes.
Lucas 2: 21-35. Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.
22Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23(como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), 24y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. 25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;

30Porque han visto mis ojos tu salvación,
31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 Luz para revelación a los gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel.
33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Lucas 2: 33. Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
Una profecía, llena de cosas buenas y bonitas acerca del niño, también tiene Palabra para María.
¿Qué sentiría María, cuando escuchó esta profecía?
Ella, ya sabía lo que era sufrir por el Reino de Dios, a pesar de su juventud. Pero cuando escuchó que una espada traspasaría su alma, un escalofrío le recorrió la espalda.
Nosotros, ahora ya sabemos a qué se estaba refiriendo Simeón.
A todo el dolor, que años después, ella padecería; al ver morir a su hijo, para salvar a una humanidad, que no se lo merecía.
Son muchas las lecciones, que María nos da a nosotros, los cristianos del siglo XXI.
--Aceptar el propósito de Dios para mí.
--Ser valiente, aunque me cueste sufrir.
--Creer la Palabra de Dios para mí.
--Luchar contra el enemigo.
--Luchar contra todo lo que entorpezca el Reino de Dios.
--Todos deberíamos tener “nuestra” Elisabeth. Lo mismo hombres, como mujeres. Me refiero, a tener un hermano de confianza, en quien refugiarnos cuando viene la tormenta espiritual.
Lecciones a aprender con ésta meditación acerca de María.
----Dios tiene un propósito, para cada uno de nosotros.
----Él siempre reivindica a los suyos, cuando Le obedecen.
----Él es fiel, siempre cumple Sus promesas.
----Si obedecemos: De la misma manera, que Jesús crecía y se desarrollaba, en el vientre de María; el Espíritu Santo se desarrollará en nuestro interior. Para que demos a luz, todo lo que de Dios, haya sido engendrado en nosotros.
----Alabemos a Dios, en todas las circunstancias. Él nos dará encargos importantes, cuando vea que puede fiarse de nosotros.

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